Drones militares, drones de grabación, drones radiocontrol, drones teledirigidos de reparto o para localizar personas o controlar incendios; drones de vigilancia o con los que realizar estudios geográficos… Ya hay drones para todo, de modo que, ¿por qué no tener uno casero? Casero en el más amplio sentido de la palabra: que lo construyas por y para ti.
No, no se trata de una propuesta para ingenieros o cerebritos. Resulta más sencillo de lo que pueda parecer. Para empezar, es posible comprar online todos los componentes. Hay webs de todo tipo de tutoriales que te explican cómo hacerlo. No estarás solo en tu camino, amigo.
La idea suena bien, ¿no?… Pero aun así te da pereza; todo el proceso hand made y lo fácil que podría ser ir a la tienda y comparlo…Pues deja que te motivemos: te va a salir bastante más barato que uno ya fabricado. ¿Cuánto? Eso depende del tipo de dron que quieras tener.
Si lo utilizas solo para jugar con él y con un radio de acción limitado (50 metros), te bastará con gastarte unos 100 euros (mando de control aparte). En el mercado, estos modelos de drones sencillos cuestan alrededor del doble.
Si, ya que te pones, quieres construir un dron que pueda trasladar objetos (de entre 5 y 8 kilos), como por ejemplo una cámara, y que además disponga de visión subjetiva (FPV) y GPS, la factura subirá a más de mil euros (en el mercado puede ser incluso el triple).
Los más habituales son los de cuatro motores y hélices (cuadricópteros), estables y seguros. Repasemos el kit básico de construcción que necesitarías para ponerte manos a la obra:
- La estructura que soporta todos los demás componentes.
- Motores de propulsión y las hélices.
- Controladores de velocidad. Regulan la corriente que pasa a los motores.
- Emisor/receptor de las señales y la información. Puede ser tu propio móvil con la aplicación adecuada.
- Batería.
- Controlador de vuelo. Es el pequeño cerebro con el que se maneja todo. Manda la información a nuestro receptor (velocidad; situación, si es que dispone de GPS; imágenes, si es que dispone de FPV…), recibe nuestras señales y las traslada a los dispositivos instalados.
Ya ves que no hablamos de construir un acelerador de partículas. Ni el próximo cohete espacial de la NASA. Es algo que está a tu alcance. Ahora se trata de saber para qué lo vas a utilizar y construirlo con ese propósito. Da igual si es pequeño o ambicioso, si cubre tu necesidad será perfecto.
Puedes darle un uso recreativo, simplemente haciéndolo volar… o disputando carreras. En España ya se organizan torneos de velocidad con aparatos ligeros que superan los 100 km/h. Cuidado porque los que las disputan aseguran que es una afición que engancha.
Aunque lo más habitual es fabricarlos para que soporten cámaras con las que mirar el mundo desde otra perspectiva, saliendo con tu dron a la naturaleza o grabando desde el aire una fiesta familiar. O tal vez quieras emular a Amazon y llevar hasta la ventana de tu vecino el videojuego que te ha pedido prestado ¡Pon un dron en tu vida y haz volar tu imaginación!