¿Quién inventó la bombilla? ¿Y la fregona? ¿Y quién fue la persona que descubrió la penicilina? Thomas Alva Edison, Manuel Jalón y Alexander Fleming son los inventores de estos tres inventos que han cambiado la vida de las personas. Pero no solo se hicieron famosos por estos inventos, sino que a lo largo de la historia se les recordará porque los patentaron. Es decir, los registraron como suyos y obtuvieron su correspondiente protección.
¿Quién no ha soñado nunca con ser uno de estos inventores? Puede que no vayas a descubrir América, pero si tienes una buena idea como emprendedor y es única ya eres un inventor. Eso sí, lo primero que tienes que hacer es proteger tu invención. Y aquí es donde surgen las dudas: ¿cómo puedo patentar una idea? ¿Dónde tengo que hacerlo? ¿O cómo sé que nadie lo ha creado antes? Pues no te preocupes, que te explicamos de forma sencilla qué tienes que hacer:
Pasos para registrar una idea
- Lo primero es clasificar tu invento, marca o creación para conseguir tus derechos de autor. Por ejemplo, una patente es algo nuevo y totalmente novedoso y cuenta con 20 años de protección. Pero si es menos novedoso hablamos de un modelo de utilidad, que cuenta con 10 años de protección. En España, el año pasado se solicitaron 2.837 patentes y 2.427 modelos de utilidad. Así que se puede decir que los españoles llevamos el gen del inventor en nuestro ADN.
- En España el organismo que se encarga de las patentes es la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM). A través de ella se tienen que solicitar los formularios y pagar las cuotas correspondientes. Porque patentar no es gratis. Además, también podemos conocer en su base de datos si el invento que queremos registrar no lo ha pensado alguien antes.
Estos son los principales pasos a seguir. Pero como ocurre en muchos casos, no siempre se tienen claras las ventajas de patentar o no. Y más cuando se está empezando como emprendedor. Por eso, ahí van los beneficios de proteger tus ideas:
¿Cuáles son los beneficios de patentar una idea?
- Tendrás derechos exclusivos como creador para comercializar el producto. Nadie podrá plagiarte ni copiarte. Pasado el período de protección (entre 10 y 20 años) el invento puede ser tomado por otros para su fabricación y comercialización.
- Como emprendedor también puedes transferir la titularidad de la patente o ceder su derecho mediante un pago fijo. Así te despreocupas de explotarlo tú solo.
- Al patentar un producto, es menos susceptible de ser copiado, y por lo tanto, fomenta el ingenio de otros creadores para inventar cosas nuevas.
- Y lo más importante, es que te otorga el prestigio y orgullo de sentirte el creador de un invento o un proyecto único.
Como ves, las ventajas para proteger un invento son muchas para los emprendedores hoy en día. Así que ya sabes, si eres uno de esos miles de españoles que se lanzan a la piscina con una idea ya sabes cuáles son los pasos que tienes que dar. ¡Quién sabe, quizás algún día tu nombre suene junto a Marconi, Einstein o Edison!