Las compañías aéreas son como un universo paralelo con reglas físicas propias difíciles de entender para los que nos limitamos a utilizar los aviones. Por ejemplo, el precio del billete no depende solo de la distancia recorrida, sino de la rentabilidad de las conexiones, del tráfico habitual de pasajeros, de la temporada… En fin, no nos explayemos demasiado en las causas y vayamos al efecto: un vuelo de larga distancia puede salirte más barato que uno más corto. Sorprendente.
¿Cómo ahorrar con escalas?
Pongamos que quieres viajar a Atenas. Es agosto y te sale por un pico. Sin embargo, encuentras una oferta estupenda a Nairobi, mucho más barata. Y la compras. No es que te interese acabar en Kenia, sino que aprovechas que el vuelo hace escala en la capital griega y te bajas allí. Negocio redondo.
Aktener Zaman es un estudiante neoyorkino de 22 años al que se le ocurrió hace unos meses desarrollar un programa para sondear en la red todas las posibilidades de ahorrar aprovechando las escalas. Así nació su web, Skiplagged, que ya cuenta con más de 200.000 usuarios.
Funciona como los buscadores de vuelos, aunque no vende billetes: introduces el origen, el destino y las fechas, y averigua si existe alguna de esas combinaciones más económicas. Según Zaman, los principales chollos están en los vuelos transoceánicos, que pueden salir hasta 200 euros más baratos.
Skiplagged ha hecho que los directivos de las compañías dieran un respingo en sus despachos. A ellos no les hace nada de gracia el truco de las escalas. Al bajarte en mitad del trayecto dejas libre un asiento que podría ser ocupado por otro pasajero y eso para las aerolíneas son pérdidas.
De modo que han contraatacado con arsenal de grueso calibre:
- Primero, demandando a Zaman en los tribunales. Un juez ya ha dicho que no hace nada ilegal. Por ahí no hay posibilidad de meterle el dedo en el ojo.
- Segundo, anulando el billete de los pasajeros que no completen la ruta, lo que hace que pierdan la vuelta. Solución: buscar en Skiplagged otro billete para regresar.
- Tercero, el pasajero pierde los puntos de sus tarjetas de cliente (aunque los usuarios de esas tarjetas no son de los que buscan estos métodos de ahorro).
Ten en cuenta que con la propuesta de Zaman no puedes facturar equipaje, porque terminaría en el destino final. Pero bueno, viajar ligero tampoco tiene que ser algo malo. Piensa en las horas que te evitas tratando de cerrar esa maleta gigante a punto de explotar con ropa que seguramente no necesitas. Al final lo que importa es aprovechar las vacaciones y si lo haces ahorrando algo en el billete, pues mucho mejor. ¡Buen viaje!