Los ladrones de wifi son como los mosquitos, invisibles hasta que atacan. Da igual si miras a tu alrededor y no ves nada. Están ahí, esperando una oportunidad para colarse en tu conexión.
Así que, a no ser que tengas una pegatina de “free wifi” en la puerta de tu casa, hay que tomar medidas para proteger tu red. Porque tener un nombre de usuario y una contraseña en el router no siempre es suficiente. No se trata solo de que el listo de tu vecino se aproveche de la señal. Es que otros más hábiles que él pueden sacar cualquier dato de tus dispositivos e, incluso, utilizarlos como pantalla para actividades ilegales (phishing, suplantación de identidad…).
El tema es serio, de modo que hay que prevenir con un plan de acción en dos pasos:
- Detectarlos (que no se escapen)
Lo primero que debe hacerte sospechar es la lentitud de la conexión o las interrupciones frecuentes de los datos que, por ejemplo, te impidan ver tu serie favorita en streaming. Todos sabemos que con Juego de Tronos no se juega, así que hay que tomar medidas.
Hay muchos programas (la mayoría gratuitos) que hacen barridos para saber los dispositivos que están conectados a tu wifi. Si encuentras alguno que no sea tuyo, a la calle. Los mejores softwares de ordenador son Angry IP Scanner, Wireless Network Watcher y Microsoft Network Monitor. Estos programas detectan a los piratas que estén en ese momento enganchados a tu red.
Entrando en la configuración del router podrás borrarlos uno a uno. Para ello debes hacerte con su dirección o lo que es lo mismo, una serie de números separados por puntos. No te agobies, suelen aparecer en el manual del aparato. Cuando los tengas, introdúcelos en tu navegador y ya entrarás en el menú de configuración. Ahí podrás ver quién está enganchado a tu wifi y darles la patada. Sayonara baby.
- Impedir que entren
Conseguir una buena protección es un poquito más complicado porque te obliga a trastear con la configuración. Por suerte, hay páginas donde te explican el procedimiento paso a paso.
La medida más sencilla es cambiar el nombre de usuario y la contraseña con cierta frecuencia. Emplea códigos largos con números y letras que puedas recordar fácilmente (también puedes apuntarlos). Si quieres profundizar, tu servicio técnico puede orientarte con medidas más complejas para proteger tu conexión y pasar al nivel avanzado de seguridad.
Lo que haga falta para que tu red wifi siga siendo solo para ti.