Te proponemos un juego: echa un vistazo a tu cocina y comprueba cuántos aparatos no son eléctricos. Cuesta encontrar alguno que no lo sea, ¿verdad? La mayoría de estos objetos tienen una vida corta. ¿Y qué haces con los smartphones viejos o electrodomésticos que no valen? La gran mayoría de la gente suele tirar a la basura alguno de estos dispositivos. No nos vamos a engañar, hemos aprendido a separar el vidrio o el plástico de la basura orgánica, pero todavía nos queda acostumbrarnos a gestionar la basura electrónica.
La basura electrónica, como su propio nombre indica, son todos aquellos dispositivos eléctricos o electrónicos que han llegado al final de su vida útil y, por lo tanto, son desechados. Y aunque no lo creas, generamos mucha. En España se producen cerca de un millón de toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).
Pero el problema es que muchos de estos desechos escapan al control de las autoridades y empresas que se encargan de gestionarlos. Tanto es así que según la Unión Europea el 60% de la basura electrónica que se produce en nuestro país acaba en paradero desconocido.
España entre los países europeos que menos reciclan
Y aunque las comparaciones son odiosas te diremos que España está entre los países europeos con más chatarra electrónica fuera de control, sólo superado por Chipre y Rumanía. Un ranking en el que siempre viene bien estar lo más atrás posible para poder colgarnos el cartel “más verde”. Y sobre todo para poder contribuir en el cuidado del medioambiente.
¿A quién lo le gusta sentirse bien con el medioambiente? Para que tengas la conciencia más tranquila te explicaremos qué puedes hacer tú para no acumular más basura electrónica como consumidor. ¡Presta atención!
Consejos sobre reciclaje electrónico
Recuperar y reutilizar estos dispositivos de manera que puedan seguir utilizándose hasta el final de su vida útil. Es decir, no todos los dispositivos que ya no usamos tienes que estar rotos. Por eso, en vez de tirarlo se pueden reutilizar de otra manera. Es lo que se conoce como obsolescencia programada.
Llevar los aparatos electrónicos a contenedores especiales. Por ejemplo, las pilas tienen un contenedor distinto al del cubo de la basura normal y corriente. Igual que muchos electrodomésticos tienen espacios especialmente habilitados para su recogida y a partir de ahí son utilizados para piezas de repuesto, chatarra, etc.
Donar a instituciones sociales sin fines de lucro para reducir la brecha digital y social. Lo que para ti puede parecer obsoleto para otras personas que nunca han tenido alcance a ello puede suponer todo un avance.
Intercambio por una nueva adquisición. En muchas tiendas ya se recoge el dispositivo antiguo junto con la compra de uno nuevo. Esto en el caso de los smartphones es una tradición y además en algunos casos incluye un descuento sobre la nueva compra. ¿Se puede pedir más?
Como ves, tenemos en nuestra mano muchas posibilidades y todas ellas bastante sencillas. Ser respetuoso con el medio ambiente no cuesta nada solo es cuestión de compromiso.