Emprendedores: una idea puede cambiarte la vida

Ideas emprendedores

“Una sola idea puede construir ciudades. Una idea puede transformar el mundo y reescribir todas las reglas”. La frase es de la película Origen y nos sirve para entender la motivación que lleva a los emprendedores a no escatimar ni en recursos y ni en esfuerzos para hacer realidad su empresa.

Emprendedores como Alejandra Aguilar, que hace 5 años abrió La Tapicera, una tienda y taller de decoración en el Rastro madrileño que ella empezó a crear mucho antes, cuando estudiaba diseño e imaginaba telas y muebles.

“Haces tu proyecto en la cabeza y le pones todas las ganas, pero también debes afrontar las dificultades de abrir tu propio negocio –explica Alejandra–. Si crees en ello de verdad, nada ni nadie te quita la ilusión. Ahora mi vida es mucho más complicada, pero mucho más divertida”.

Una semilla no es nada sin agua y abono, y una idea tampoco sin una buena planificación y sin dinero para hacerla crecer. Emprender significa estudiar y analizar cada detalle antes de comenzar a caminar.

¿Eres un emprendedor en potencia?

 

Si es así, sigue estos consejos de las escuelas de negocio:

  1. Hay que conocer los productos o el servicio que vas a ofrecer y el mercado en el que vas a entrar. ¿Hay demanda?
  2. Diferenciarse en fundamental. Siempre vas a tener competencia, pero se trata de que algo te distinga de los demás.
  3. Es esencial saber cuáles son tus fortalezas, pero también tus debilidades. Hay que ser realista y buscar ayuda (socios, colaboradores, acuerdos…) para tapar las vías de agua que pudieran hacerte zozobrar.
  4. ¿Podrás hacerlo tú solo? Probablemente no. Piensa cuántas personas necesitarías contratar y que características deberían tener.
  5. Prepara un plan para darte a conocer, ser visible y atraer a los clientes. Un buen producto termina en la basura si nadie sabe que existe.

Perfecto. Ya está todo pensado. Pero falta la piedra angular de toda la estructura para ser un buen emprendedor: echarle ganas, y muchas, a la aventura de crear una empresa.

Mucho trabajo por delante, sí, pero es un trabajo agradecido. En eso consiste emprender: planificar, hacer números, lidiar con proveedores, asumir gastos imprevistos, pagar IVA, ganar clientes y hacerlos felices. Y si ellos son felices, tú también lo eres.

 

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