¿Te has montado alguna vez en una montaña rusa? Es de esas cosas que, por mucho miedo o vértigo que te den, no puedes dejar de hacer. Y de gritar cada vez que bajas desde el punto más alto. Desprendes adrenalina, emoción y un montón de sensaciones al subir y bajar en un circuito circular que se recorre varias veces.
Pues ocurre lo mismo cuando hablamos de ciclos económicos. Se trata de las fluctuaciones de la actividad económica que tiene lugar en un período del año. Si tienes en mente un recorrido de una montaña rusa, con sus subidas y bajadas, estás visualizando el comportamiento de un ciclo económico. Nunca sabemos con exactitud qué vamos a encontrarnos o cuánto vamos a subir o bajar. Por eso las emociones son mayores al caer de una gran cuesta.
Y es que, como toda montaña rusa, tiene sus subidas y bajadas inevitables. Algunas con mayor pendiente que otras. Siempre dependiendo del momento en que se encuentre la economía. Estas son las cuatro curvas que la convierten en la atracción principal:
- Depresión: es el momento más bajo de la economía. Es cuando el cochecito de la montaña rusa está en su punto más bajo y estancado. Simplemente, no sube.
- Recuperación: se produce cuando la economía comienza a crecer. Es el momento en el que estamos subiendo la primera de las grandes subidas. Vamos despacito. Ya se nota la adrenalina.
- Auge: es el mejor momento de la economía, cuando más crece. En una montaña rusa sería el punto más alto de la misma. Es cuando más nos gusta la atracción y más felices estamos arriba. Todo va bien. Y en economía, igual. Sube el empleo, los salarios o el consumo. Todo.
- Recesión: es la caída de la economía. Se puede equiparar a la caída libre desde una de las cuestas de la montaña rusa. Como bien sabes, gritamos de miedo y para liberar toda la adrenalina. Aquí la economía cae y es cuando entra en un periodo de crisis económica.
Pero no te preocupes, que estos cuatro ciclos se repiten. Lo único que cambia es el tiempo que estamos arriba o abajo. No se puede predecir. Y es ese puntito de sorpresa e inestabilidad lo que hace de la Economía una auténtica montaña rusa, unas veces arriba y de repente abajo, con una alerta constante al no saber qué vendrá después.