Si eres de los que se preocupan por leer las etiquetas de los alimentos, ya sabrás de lo que te estamos hablando. A todos nos gusta cuidarnos, pero ¿quién se puede resistir a una rica fabada? Eso sí, no hay que volverse loco. Ya que vamos a darnos un caprichito, mejor comparar tus dos botes de fabada favoritos y valorar cuál es el que más te conviene. Porque, seamos realistas, a veces buscamos ese extra de energía que nos pondrá a tope y otras, solo queremos evitar esas calorías innecesarias de más, ¿no?
Que ¿qué tiene que ver todo esto con la TAE? Pues mucho más de lo que crees.
La Tasa Anual Equivalente (TAE) nació con el fin de facilitarte la comparación entre productos financieros de distintas características, con una sola vara de medir. Recoge la totalidad de costes o beneficios que tienen dichos productos: como el tipo de interés nominal, los gastos, las correspondientes comisiones y el plazo de la operación.
Si nos molestamos en comparar la cantidad de calorías que contienen los alimentos, ¿por qué no hacer lo mismo con la financiación de nuestro nuevo coche? ¿O de quién nos dará la mejor rentabilidad por nuestro dinero? Sabiendo lo importante que es para una dieta equilibrada controlar la ingesta de calorías, ahora es el momento de que le des la misma relevancia a tu dinero.
Así que ahora que lo tienes más claro, la TAE ya no te sonará a palabra de Taekwondo. Estarás preparado para elegir el producto que mayor rentabilidad te dé o el que menos dinero te cueste. Eso sí, recuerda que, a grandes rasgos, si estás pensando en dejar dinero a un banco, la TAE cuanto más alta mejor, porque significará que te van a dar más euritos. Pero si te lo van a dejar, entonces la TAE debe ser baja, porque estarás pagando menos por el dinero que te estarán dejando.
Al final, no hay nada como comparar lo que realmente nos interesa o ¿te meterías más calorías de las necesarias para el cuerpo si pudieras escoger una opción mejor para tu salud?
