Recuerdas cuándo eras pequeño e ibas en el coche jugando a identificar las matrículas del resto de conductores. Si llevaba la “M” era de Madrid, pero sí tenía la “MA” era de Málaga o la “TO” de Toledo. De hecho, lo mejor de los atascos es que había muchas matrículas y podías saber de dónde era el conductor de cada coche.
Pues lo mismo ocurre con el código IBAN. Ese código que sabes que existe pero que cuando te lo piden… te quedas en blanco. Pues te diremos que el IBAN significa International Bank Account Number o para los menos familiarizados con el inglés: Código Internacional de Cuenta Bancaria. Es decir, se trata de un código que se utiliza para identificar cualquier cuenta bancaria dentro de la Unión Europea y que al igual que una matrícula está formado por letras y dígitos que nos indican su procedencia.
– Las dos primeras letras nos dicen de que país son, en el caso de España son ES, seguidas de dos números de control.
– Estos cuatro dígitos se colocan antes de los veinte números de la cuenta bancaria del cliente. Por lo que podríamos decir que el IBAN es la matrícula completa de tu cuenta bancaria.
Tanto para la identificación de automóviles como cuentas bancarias, cada país tiene sus propias letras dentro de Europa. Así Bélgica es una «B» en la matrícula de tu coche y «BE» en el IBAN de tu cuenta bancaria. O Alemania es una «D» en el ámbito automovilístico y «DE» en tus datos bancarios. El objetivo en ambas situaciones es el mismo : conocer la procedencia.
Al final, como puedes ver, solo se trata de clasificar y tener un control. Así a partir de ahora cada vez que te pidan el IBAN recordarás, que como toda matrícula, solo es un número para identificar de dónde eres. No lo olvides: el IBAN no está escrito sobre chapa pero es la matrícula de tu cuenta bancaria 😉