¿Te has preguntado alguna vez qué ocurriría si al salir de casa todos los supermercados estuvieran cerrados? ¿De qué vivirías? La respuesta es clara: de tu nevera.
Refrescos, comidas precocinadas, conservas, tuppers … Si tienes esto en la nevera, seguro que sobrevives unas cuantas semanas sin pasar mucho hambre y racionando la comida. De hecho, se podría decir que tu nevera goza de buena salud o que tienes un buen cash flow. ¿Por qué? Porque durante un buen tiempo has sido previsor y has hecho compra de más para que en momentos difíciles no te falte comida, igual que un animal que hiberna para pasar un invierno sin necesidad de salir para comer.
Lo mismo ocurre con las empresas. Esto del cash flow, también conocido como el flujo de caja o de tesorería, es la nevera de toda empresa y ayuda a medir su salud financiera. En caso de problemas económicos o de crisis, los beneficios y las provisiones guardadas son la energía para seguir, el dinero “líquido” de toda empresa.
Y no solo eso. En función de lo que comas durante los tiempos difíciles, tu peso cambiará. Lo mismo ocurrirá con las empresas, que adelgazan si su nevera estaba vacía o casi vacía y no pueden acceder al mercado del préstamo. Si encima la crisis se alarga en el tiempo, y no has sido previsor, pasarás hambre. Pero si lo has sido, cuando todo termine, habrás sobrevivido gracias a tu nevera.
Como ves, ser previsor y tener provisiones te pueden sacar de un apuro. Tener la nevera llena es de ser inteligente.