Puede que si alguien te hable del TIN tú le contestes ¿tarán? Pero no te dejes engañar, es un término tan fácil de entender, que la próxima vez que te pregunten por esto del TIN o el Tipo de Interés Nominal, tu respuesta será algo más parecido a: “es lo que me va a costar que el banco me deje dinero.” Sencillo, ¿verdad?
Empecemos por lo básico, cuando te hablen del TIN, a la hora de contratar una hipoteca o pedir un crédito, tienes que tener en cuenta que siempre va a estar referenciado a un periodo de tiempo. Normalmente suele ser mensual, pero también puede darse anual o incluso diario. Además, debes tener en cuenta también que se trata de una especie de indicador puramente informativo. Esto quiere decir que se trata de un dato que no tiene en cuenta ningún tipo de gasto asociado, como por ejemplo las comisiones de la hipoteca o el plazo de amortización.
Ahora sabiendo esto, ¿qué información necesitamos para calcular el TIN si fuéramos, por ejemplo, a pedir un crédito? Lo primero que deberíamos hacer es fijarnos en el periodo de tiempo en el que queremos devolverlo. Si, por ejemplo te van a cobrar un 1% mensual, quiere decir que al año va a ser un 12%. Es decir, si te dejan 1.000 euros para comprarte un nuevo ordenador, que lo vas a pagar dentro de un año, y te van a cobrar 12% TIN anual, significa que dentro de un año vas a devolver 1.120 euros en total. Peeero, y aquí está la importancia de fijarse bien, si te dejan esos 1.000 euros, pero quieres devolverlos al mes siguiente y te aplican el 12% TIN anual, ese mes pagarás 1.010 euros. ¿Fácil verdad?
En resumen, el TIN es un dato que nos va a ayudar a saber el porcentaje que se va a sumar al dinero que tenemos que devolver. Porque no solo devuelves lo que te dejan, sino que por otro lado están esos intereses. Así que la próxima vez que oigas hablar del Tipo de Interés Nominal, ya no solo sabrás lo que es, sino cómo se calcula. Consejo: ¡fíjate siempre en la periodicidad!