Un plan de pensiones es como plantar un nogal

Siempre se ha dicho que hay tres cosas que hay que hacer en esta vida: tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol. Lo del hijo, es algo muy personal, así que cada uno que lo gestione como quiera, ¡faltaría más! Escribir un libro, quizás sea algo demasiado ambicioso.

Y tal y como está el mercado editorial ahora mismo, mejor optar por unas líneas con sentimiento. Por eso de dejar tu huella editorial para tus generaciones venideras.

Eso sí, lo de plantar un árbol, ¡no tiene excusa! Es lo más fácil del mundo y encima estás haciendo algo bueno por ti y por tu planeta. Algo muy parecido a lo que sucede con un plan de pensiones. Piensas en ti y en lo que harás en tu planeta cuando te jubiles. 

Si hay algo de lo que no cabe ninguna duda es de que la naturaleza es sabia. Plantar un árbol, y si encima es un nogal, es sinónimo de vida, lo mismito que un plan de pensiones.

Imagínatelo así: cuando plantas un nogal (te abres un plan de pensiones), quieres que crezca fuerte y poderoso, así que lo vas regando regularmente (vas metiendo dinero de forma periódica). Inviertes en fertilizantes, que ayudarán a tu nogal a darte los mejores frutos, (generando rentabilidad, por el incremento del valor liquidativo del plan de pensiones) y, por supuesto, tienes mucha paciencia dándole tiempo y mucho mimo.

Con estas acciones conseguirás, que cada primavera, y a lo largo de los años, te salgan unas riquísimas nueces que podrás aprovechar para hacer con ellas lo que te plazca  (es decir, que cada año, en la Declaración de la Renta, podrás desgravar en el IRPF, esas aportaciones anuales*).

Pero ahí no queda la cosa, porque cuando a tu nogal le haya llegado su momento y sea un árbol grande y fuerte, podrás tanto recoger la última gran cosecha de nueces, como usarlo como leña. Lo cual, traducido al lenguaje del común de los mortales, significa que a la hora de rescatar un plan de pensiones, lo harás con toda la rentabilidad que haya generado y podrás disfrutar bien calentito de ese dinero durante la jubilación.

Pero, ¿y si resulta que necesitas comer nueces antes de tiempo? Pues eso también sería posible en un plan de pensiones, si cumples con algunas de estas excepciones; como desempleo de larga duración, incapacidad laboral permanente o, la nueva contingencia incluida para 2025, que hayan pasado al menos diez años desde la primera contribución.

¿Qué te parece dejar las excusas a un lado y no posponer más un futuro incierto? Toma las riendas de tu vida, planta un árbol y, de paso, encuentra el plan de pensiones que mejor se adapte a tus necesidades de ahorro.

¡Y fueron felices y comieron nueces!

 

 

*Las aportaciones se desgravarán de tu base imponible del IRPF hasta la menor de las siguientes cantidades: 8.000 euros, o bien hasta el 30% de tus rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas.

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