Identidad digital, el yo del futuro

Identidad digital e Internet

Nominalia, en su último informe, indica que 13 millones de españoles pasan 3 horas al día navegando en Internet y 4,7 millones 5. Llegas a la oficina, te sientas en tu puesto y antes de mirar el correo te conectas a Facebook para ver el último video. Estás en casa y te pasas más de una hora seguida pegado a la pantalla del móvil. Tranquilo, no estás enganchado. Es algo cotidiano. Todo forma parte de tu identidad digital. Lo que probablemente no sepas es que todas tus conexiones dejan una huella imborrable. Cualquier comentario en la web de un periódico, un tweet o la última foto que subes a Instagram…. Este rastro que cada usuario deja en la red no es nuevo, pero dice mucho de tu personalidad. Y cada vez va a más. La red recuerda todo, no lo olvides.

Si te preguntas cómo y qué se puede saber a través de la identidad digital ¡pon atención! Porque casi seguro que más de la mitad de tus datos ya están circulando en la web. Ahí van algunos ejemplos:

En redes sociales, como es normal, no has podido evitar dar una gran descripción sobre tus gustos e intereses en Facebook o Twitter. Además, si has puesto la ubicación, ya sabemos dónde vives. Sí, nosotros y todo el que acceda a tu perfil. Ciudad, código postal y hasta la calle. Y por supuesto, no nos olvidemos de tus fotos, que dicen mucho de ti.

Es fácil saber los gustos de una persona que visita siempre el mismo tipo de páginas webs. De tecnología, viajes, de moda. Además, si aceptas las cookies de la web -y no hablamos de las galletas de tu abuela, cada vez que te conectas, te saltará en tu pantalla información relacionada. ¿Magia? Tu ordenador te conoce mejor que tú y quién sabe, puede que no te resistas a comprar. ¡Cazado!

Páginas de compras online que recuerdan tus datos personales (nombre, dirección) y hasta tu tarjeta bancaria. Esto se debe a las plataformas de compra online que permiten crear una cuenta para no tener que escribir una y otra vez tus datos. Sin ella sería complicado realizar compras desde el sofá de casa sin movernos y a golpe de clic. ¿Resultado? Tú te ahorras tiempo y la red ya tiene otro más de tus datos.

Pero incluso fuera de la red, nuestra identidad digital nos permite hacer cosas como abrir la puerta de la habitación de un hotel como si fuera una llave digital. O como si de una película se tratase, ser reconocidos por sensores a través de la huella digital o de la pupila.

Está claro que nuestra identidad digital ofrece más datos de los que proporcionamos a simple vista. Podríamos decir que no tiene límites. Lo bueno es que las posibilidades de tener una vida tecnológica y futurista se multiplican. Lo malo, o normal, es que siempre hay que tener cuidado. Incluso más que en la vida real.

 

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