Para saber cómo invertir en bolsa hay que echarle… carácter. Este test lo prueba

INVERSOR, ¿SE NACE O SE HACE?

Visión de negocio, información de los mercados, cultura económica… Sí, todo eso está muy bien para manejar tus finanzas o para controlar tus gastos, pero resulta que el secreto de un buen inversor está al alcance de todos, solo hay que saber dónde buscar. Puede que tú seas uno de ellos aunque aún no lo sepas…

  •  ¿Aceptarías una apuesta a cara o cruz?
  •  ¿Qué te apetecería más ahora mismo, una ensalada o una sopa? ¿Crees que elegirías lo mismo  dentro de un año?
  •  ¿Eres siempre optimista en cuanto a tu futuro?
  •  ¿Te estresas fácilmente?

Esto, por mucho que se parezca, no es un test de personalidad de esos que encuentras en algunas revistas entre la sopa de letras y el horóscopo. Se trata de dinero. Del que puedes ganar si sabes dónde, cómo y cuándo invertir. Estas cuatro preguntas forman parte de un cuestionario que ha elaborado una gestora financiera lo que nos hace pensar que saben mucho (y muy bien) de lo que hablan. Lo que dicen, en esencia, es que las emociones pesan mucho en las decisiones económicas. Las experiencias pasadas, las circunstancias del momento y la forma de tomarse el día a día influyen en las decisiones de inversión, según explican los responsables de la investigación. ¿Te suena eso de tener un bajón emocional y no acertar en ninguna decisión? ¿Sí verdad? Tranquilo la interferencia de la vida personal en el ámbito profesional es un mal común y el principal inconveniente para ser un buen inversor. Puedes solucionarlo de la forma en la que tú elijas: meditación, café y conversación existencial, contar hasta tres o simplemente darle a cada cosa la importancia que merece en el momento justo. Cuanto más control tengas sobre tus emociones más posibilidades de acertar en tus inversiones. Autocontrol. Consíguelo y estarás en el buen camino. En el de los potenciales inversores.

Mientras trabajas en ello te podemos desvelar que las respuestas del test sirven para comprobar si tu carácter te llevará a caer en alguna de las 8 “trampas mentales” (así las llaman) que miden tu habilidad para manejar el dinero. Cuanto antes las conozcas antes podrás actuar, ¡presta atención!

  1.     Exceso de optimismo. Nada peor que subestimar el riesgo. Si no reflexionas y tomas en cuenta todas las variables, tarde o temprano te darás de bruces con la realidad.   
  2.    Exceso de confianza. Ni eres el más listo ni siempre te van a salir bien las cosas. La prudencia es la madre de la ciencia… y del dinero.
  3.    Ataques de ansiedad. A veces no es fácil mantener la calma cuando tus ahorros están en juego. ¿Qué debo hacer? ¿No es una locura? ¿Cancelo todo?  El pánico es un mal consejero porque te lleva a tomar decisiones precipitadas.
  4.    Miedo a las pérdidas. Nuestro instinto nos empuja a lograr satisfacciones inmediatas. A veces en las finanzas ganan los que asumen que un paso atrás solo es una forma de tomar impulso. Busca tu ritmo.
  5.    Vivir en el futuro. Esta “trampa mental” tiene que ver con la pregunta de la sopa o la ensalada, y de si dentro de un año harías la misma elección. ¿Seguro que en un futuro tendrás los mismos gustos o las mismas necesidades? Una cosa es ser previsor y otra es actuar sobre un supuesto que no siempre ocurre. ¿Merece la pena comprar una segunda vivienda que pretendes disfrutar dentro de unos años, cuando te jubiles.
  6.    Vivir solo en el presente. La reacción contraria a la anterior, la que tienen los que se guían por el aquí y el ahora. La planificación demuestra inteligencia emocional y reduce los riesgos financieros.
  7.    No entender que la economía depende de muchas variables. Es necesario anticiparse en lo posible los imprevistos y generar colchones para amortiguar las caídas.
  8.    El efecto manada. Somos animales sociales y tendemos a dejarnos arrastrar por el grupo, bien en la euforia o en el pánico. “Come basura. 10 millones de moscas no pueden estar equivocadas”. Pues sí, pueden estarlo. Tú eres tú y tus circunstancias, y tu dinero es solo tuyo.

Llegados a este punto habrás comprobado que invertir no es cosa de pocos, ni de locos, más bien de aquellos que saben vivir inteligentemente canalizando sus emociones y escogiendo el mejor momento para dar el salto. Todo es cuestión de elegir. Puedes seguir como hasta ahora o puedes dar un paso más. El primero quizá sea tener una Cuenta Inteligente que trabaje por ti y te genere beneficios mientras te dedicas a eso que cada vez más gente hace ¿Cómo era…? ¡Ah, sí invertir!

Comments

comments