Próximos dividendos, el dulce postre de las inversiones en Bolsa

Próximos dividendos, el postre de las inversiones

Rentabilidad por dividendo 2016. ¿Te es familiar el concepto? Si decides invertir en Bolsa este año deberías conocerlo. Nos ponemos en la piel de un novato en cuestiones bursátiles con algunos ahorros a los que quiere hacer crecer.

El novato se enfrenta a una pregunta clave: ¿qué acciones comprar? La primera respuesta que a uno le viene a la cabeza es: “las que más vayan a aumentar de valor”. Eso, y el número premiado del Euromillón, es lo que todo el mundo querría saber. Claro que hay otra forma de lograr buenos rendimientos, quizá no tan altos pero sí algo más seguros: la rentabilidad por dividendo, es decir, el dinero que las empresas reparten entre sus accionistas cuando consiguen beneficios en su actividad.

El consejo de administración de cada compañía decide si se reparten o no dividendos y, si es el caso, qué pedazo del pastel se adjudica a sus accionistas. Esos directivos valoran si es buen momento para hacerlo, dependiendo de su estrategia económica. Un buen ejemplo de ello es Apple. Cualquiera hubiera imaginado que sus accionistas estarían disfrutando desde que salió el primer iPhone de los desorbitantes beneficios de la la marca de la manzana, pero no. Estuvo varios años sin repartir dividendos porque dedicaba mucho dinero a investigación y desarrollo.

Eso no es lo más habitual, ya que los directivos intentan hacer atractivas sus empresas para que lleguen los inversores (grandes y pequeños) y, a ser posible, se queden con ellos cuanto más tiempo mejor. Por eso existe un ranking que se publica periódicamente con las compañías que ofrecen una mayor rentabilidad por dividendo y que sirve de orientación a los inversores. En lo que va de 2016 ese listado lo acaparan, como casi siempre, las mayores compañías del IBEX. Valores estables, que no suelen ni subir ni bajar mucho, pero que por lo general ofrecen ganancias que los accionistas reciben en dinero contante y sonante o bien, en forma de nuevas acciones. Este beneficio, en forma de dividendos, hay que declararlo a Hacienda, que se queda con entre un 21% y un 27% de lo obtenido, aproximadamente. Antes, solo se declaraba beneficio superior a 1.500 euros, pero la reforma fiscal eliminó este apartado.

De manera que hay muchas formas de invertir e Bolsa sin tener que comprar acciones, comprando y vendiendo acciones o siendo paciente y confiando en las empresas más fiables. Es la diferencia entre la comida rápida y un postre menos contundente pero que siempre sienta bien.

 

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