Salario emocional o cómo ser feliz en el trabajo

Salario emocional

¿El dinero da la felicidad? A veces sí y a veces no. A todos nos gusta tener un buen sueldo, desde luego, pero también disfrutar de nuestro trabajo. De hecho, los trabajadores de hoy en día ya no trabajan por el dinero. O al menos no solo por él. Trabajan por otro tipo de motivaciones, como el reconocimiento o la flexibilidad en la empresa. Es lo que se conoce como salario emocional. ¿Suena bien, no?

Pero, ¿qué es el salario emocional? Pues son todas aquellas retribuciones no económicas que el trabajador puede obtener de la empresa, como por ejemplo formación continuada. El objetivo es bueno: incentivar de forma positiva la imagen sobre su ambiente laboral y al mismo tiempo incrementar su productividad. Es decir, conseguir que una empresa funcione de la mejor manera posible.

Y aquí el dinero sigue estando en un segundo plano. Aunque no lo creas, hay otro tipo de compensaciones mucho más valoradas que un incremento de sueldo -por mucho que sea bien recibido siempre-. Ahí van algunos ejemplos:

  • Tiempo libre:la mejor recompensa cuando el trabajo está terminado y se ha conseguido el objetivo es tener una tarde libre. sin que los horarios sean un problema
  • Respeto y reconocimiento de los jefes: ¿A quién no le gusta que le den una palmadita en la espalda como reconocimiento al buen trabajo? En España el 72% de los entrevistados asegura sentirse respetado por sus equipos directivos, según un estudio de la empresa
  • Flexibilidad: ¿Qué ocurre si un día tienes que ir al médico, otro a arreglar papeles y otro a llevar a tu hijo al cole? Cuando una empresa se adapta a tus horarios es una motivación extra. De hecho, el teletrabajo es una opción muy recurrente. Además, ayuda a la conciliación entre vida laboral y personal.
  • Desarrollo profesional:empezar desde abajo y poder llegar a lo más alto en una empresa es lo más motivante que existe. ¡Arriba los retos!

Pero este tipo de salario no solo es bueno para el empleado, también lo es para la empresa. Tener contento a un trabajador es sinónimo de productividad. ¿Quién no trabaja mejor sabiendo que su empresa piensa en él como persona y no solamente como profesional? Lo podemos adivinar… ¡Todo el mundo!

 

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