Llegar lejos, en muy poco tiempo y cómodamente. Acabamos de describir el sueño de cualquier viajero, o mejor dicho, acabamos de describir el Hyperloop, el tren supersónico que se mueve a 1.200 kilómetros por hora (que se dice pronto). Distraerse con el paisaje igual es un poco incómodo, pero llegar a tu destino en un plis plas… compensa.
Pero seamos precisos, el Hyperloop no es propiamente un tren, ya que no tiene ni vías ni locomotora. Más bien es una cápsula, con capacidad para 30 personas, que se desplaza por un tubo elevado, apoyado en columnas. Al estilo espacial, pero en el mundo real.
¿Y cómo funciona lo de moverse a velocidad supersónica? La primera condición es que haya poco rozamiento. Esto se consigue haciendo que la presión dentro del tubo sea muy baja y que la cápsula levite. Una turbina colocada delante de la cápsula desplazaría el viento de delante a atrás, logrando así el impulso. Así llegarás volando a tu destino, nunca mejor dicho.
El padre de esta idea revolucionaria es Elon Musk, el mismo que ha creado las empresas PayPal, Space X o Tesla. Un visionario apasionado por el transporte y la sostenibilidad Este es otro de los atractivos del supersónico Hyperloop: utilizará solo energías renovables. Y además, consumirá mucho menos que un avión, que un tren e incluso que un coche.
¿Te suena a ciencia ficción? Tranquilo, es normal. También es lo que pensaba una legión de escépticos cuando Musk presentó su proyecto en 2013. Hace unas semanas se mostraron los estudios de viabilidad y se anunció la construcción de una pista de pruebas en Hawthorne (California). Incluso ya hay ganadores del concurso para elegir el diseño del Hyperloop: Ángel Benedicto, Daniel Orient, David Pistoni, Germán Torres y Juan Vicén, cinco estudiantes de la Universidad Politécnica de Valencia. Innovación nacional en el que puede ser el invento del siglo.
Los planes son que para 2018 esté lista la primera línea de Hyperloop, entre Los Ángeles y San Francisco. 35 minutos para cubrir una distancia similar a la que separa Madrid de Barcelona. Según los técnicos de Musk, el proyecto costará 16.000 millones de dólares, mucho menos que si fuera un tren de alta velocidad (68.000 millones). Como además gasta menos energía, se calcula que los billetes estarán al alcance de cualquier bolsillo: unos 20 dólares (18 euros).
Imagina que llega a España y que un día terminas de trabajar en Madrid, te acercas a la estación, tomas una cápsula y llegas a la ciudad costera donde vives en menos de lo que ahora tardas en hacer un trayecto en metro. Un final de jornada mirando al mar. ¿Te parece o no te parece una revolución?